El 7
de julio de 1985, el silbato de la fundición de Santa Rosalía no se escuchó
más, sus habitantes pasaron de la sorpresa a la indignación y de ésta a la
nostalgia, la ausencia del sonido que durante mucho tiempo anunció la entrada y
salida del trabajo, fue la señal de que los hornos y los trabajos mineros eran
paralizados.
Por
esas paradojas de la historia, el cierre de la empresa llegó junto con la aurora
que anunciaba los cien años de existencia del legendario mineral., quedaban
atrás los años pujantes; sobrevivía el recuerdo de los días de gran agitación
productiva e intensa actividad portuaria.
En
realidad, la conclusión de las labores no opaca una historia productiva que
empezó en el porfiriato y que se prolongó hasta los tiempos críticos actuales que
abrasan a toda la sociedad mulegina. En
ese largo caminar, el emporio minero frances Compagnie Du Boleo pasó por tres momentos; primero, desde su descubrimiento en 1868 hasta
el año de 1884 época de los pequeños
empresarios; otro que se inicia oficialmente el 7 de julio de 1885 hasta
el 31 de enero de 1954 periodo en manos de los franceses quienes forman la Compagnie Du Boleo etapa que arranca
en el marco del rompimiento de fin de siglo con los trabajos que eran herencia
del sistema colonial.
Bajo
la iniciativa del capital de la casa Rothschild parisina, va a dar inicio a la
modernización regional de la industria minera; también, tomó el rostro y las
características de un enclave minero. Finalmente
un tercer periodo de treinta y dos años de 1954 a 1985, estuvo bajo control de
capital nacional, en el ámbito de la mexicanización de la minería, en este
último ciclo se denominó “Compañía Minera Santa Rosalía”, S.A.